domingo, 6 de mayo de 2012


«El implante de silicona del pecho literalmente me explotó»

Las portadoras de prótesis defectuosas en España se organizan para exigir responsabilidades 


Emy Mignone vive «en un estado de angustia permanente» desde hace casi un año, cuando se encontró un bulto sospechoso bajo la axila, que los médicos describieron luego como un «ganglio siliconoma». La protuberancia era efectivamente de silicona, «concretamente de un gel de uso industrial». «Y medía casi siete centímetros», asegura. «Resultó que uno de los implantes mamarios que me habían colocado en el 2006 literalmente había explotado y mi organismo había enviado la silicona al sistema linfático», explica esta madre de 40 años, italiana de origen y afincada en Valencia.

Aunque en agosto le retiraron los implantes dañinos, los médicos no pueden garantizar que no quede aún silicona «circulando» por su cuerpo. «En cualquier momento me puede volver a salir un nuevo bulto... Eso, en el mejor de los casos», dice.
El implante que amarga la vida a Emy lo fabricó la firma francesa Poly Implant Prothèse (PIP), en el centro de un escándalo que toma proporciones mundiales. Las autoridades sanitarias francesas dieron ayer una de cal y una de arena. Por una parte, el Instituto Nacional del Cáncer dictaminó que estas prótesis defectuosas, fabricadas con silicona no autorizada para uso médico, no aumentan el riesgo de cáncer, como se temía tras la detección de ocho casos. Aun así, «a título preventivo y sin carácter de urgencia», el Ministerio de Salud recomendó a las 30.000 francesas que las llevan que se las extraigan, «incluso aunque no haya signos de deterioro del implante». La Seguridad Social se hará cargo de las intervenciones
Ni España, ni la Comisión Europea -cuyo comité de seguridad sanitaria se reunió ayer- ni los demás países afectados van tan lejos, y solo aconsejan un seguimiento médico.


JOSEFINA 

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