Un aspecto positivo del tratamiento es que "no se produjeron efectos secundarios, salvo un poco de irritación nasal en un pequeño porcentaje de personas. Sin embargo, aún no sabemos si hay efectos negativos asociados a su uso crónico", aclara.
Pese a todo, este experto cree que "los resultados proporcionan una pista importante sobre la neurobiología del comportamiento social", agrega. "Se trata de un estudio interesante, que aporta datos importantes. Aunque se debe seguir trabajando en este campo para establecer qué dosis es necesaria, cuánto tiempo y que efectos secundarios tiene", recuerda el psiquiatra madrileño.
El doctor Ellenbogen y su equipo están ahora "interesados en el estudio de la hormona en los trastornos psiquiátricos que se caracterizan por problemas de comportamiento social, como la depresión o la fobia social. Aunque es poco probable que llegue a convertirse en un tratamiento único, puede servir como terapia complementaria a los fármacos y a la psicoterapia. Esto es hablar de futuro, porque se necesita mucha más investigación antes de que podamos avanzar en este campo", concluye.
jessica vivas
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